El cerebro de los niños pequeños es incapaz de manipular
En un reconocido experimento realizado en Escocia sobre la teoría de la mente, se quería averiguar a qué edad el ser humano es capaz de leer el pensamiento del otro, anticipándose a especular que pasa por la mente de las demás personas.
Veamos lo que sucedió en el video:
El experimento se realizó con dos niños, una de tres años y otro de cinco. Con unas actividades y preguntas realizadas a los niños, los investigadores concluyeron que hasta aproximadamente la edad de 3 años, un niño es incapaz de atribuir acciones, motivaciones y opiniones a otros; pero a los 5 años, el cerebro se ha logrado desarrollar para penetrar en la mente de otra persona.
Es así como se sostiene que, esto puede variar de un niño a otro, pero aproximadamente a la edad de 4 años surge dicha habilidad mental.
Esta teoría y experimento, nos permiten corroborar que para los niños menores de 4 años aproximadamente es biológicamente imposible manipular, puesto que éste acto requiere obligatoriamente contar con la habilidad para leer el pensamiento de los demás, así anticiparse y actuar con doble intención.
Es probable que en este punto, algún padre o madre afirme:
¡Pero yo he visto como mi hijo llora para conseguir lo que quiere!
El niño no llora para conseguir lo que quiere, el llora porque no consigue lo que quiere. Es importante recordar que para los niños, y adolescentes incluso, es muy difícil tolerar la frustración, por la inmadurez de su corteza prefrontal (encargada de regular las emociones), y entre más pequeño sea el niño, más difícil le será.
Y por otra parte, aún no saben cómo expresar o canalizar la frustración (lo ideal tampoco es que la reprima, sino que la exprese), en el caso de los niños aún son muy pequeños en todo sentido para poder exteriorizarla con palabras o de forma asertiva, ellos simplemente lloran, pegan, lanzan objetos, muerden, empujan, etc. porque es la única forma que conocen.
Para eso estamos los cuidadores o padres, para explicarles y/o enseñarles como sí pueden hacerlo (diciéndolo con palabras, saltando, frunciendo el entrecejo, cruzando los brazos, etc.) y dando buen ejemplo cuando seamos nosotros los que sentimos frustración.
Incluso, ni si quiera de adultos logramos regular asertivamente la frustración, imagina lo difícil que puede ser para un niño. Como bien lo dice Carlos González “cuando a usted, de adulto, lo detiene un policía y le pone una multa por exceso de velocidad, ¿qué tan bien usted tolera la frustración?”
El niño llora porque en ese momento está desesperado, está su cerebro colapsado en cortisol, la hormona del estrés, no porque esté planeando una estrategia maléfica para manipularte. Es importante acompañar su frustración de manera amable para que así mismo sea la manera en que el niño se regule cuando sea grande.
Ignorarle, o buscar frustrarle demás sólo conseguirá el efecto contrario, puesto que se estresará aún más y conseguirá pocas habilidades de regulación emocional.
Y algunas otras personas se preguntarán:
¿Es decir que si un niño tiene más de 4 años ya es un manipulador?
Por supuesto que no, aunque a éstas edades el niño ya cuenta con la habilidad cognitiva de la lectura del pensamiento, no significa que todos lo hagan.
Más bien, si existe un niño de éstas edades, que hemos notado que manipula, podría tratarse de un niño que aprendió de sus padres o cuidadores a hacerlo, especialmente si al niño se le manipula con chantajes, amenazas, sobornos, sanciones/castigos o premios para lograr la conducta que desean ver en él, pues ya tiene personas que le enseñaron a manipular y que eso es correcto. En otros casos, puede tratarse de niños que saben que sus necesidades fisiológicas o psicoafectivas (juego, mirada, cariño, contacto físico, escucha amorosa y amable, tiempo de calidad) NO serán satisfechas, por lo tanto acude a la manipulación para obtener lo que tanto necesitaba y le fue negado.
Por Valery Flórez de @iParenty
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